Encontrar algo que nos impulsa a seguir con fuerza hacia adelante, una pasión que inunda desde adentro todo nuestro ser, es una razón para seguir soñando y sentir que el lugar donde estamos y quienes nos rodean nos dan el soporte y la energía para vivir el día a día .
Así, Manuela Celis García, estudiante de IX de Arquitectura, un día encontró que podía sentir todo eso, cuando descubrió en el tenis de mesa una oportunidad para vencer lo que para otros resulta ser una limitación, pero que para ella significa un reto más. “La discapacidad es mental, soy capaz de hacer todo lo que me proponga”. Su filosofía de vida, esa manera de enfrentar los desafíos que la vida le propone, le ha permitido llegar lejos y ver los resultados.
Un día, sin esperarlo, el destino la encontró. Quien ahora es su entrenadora le ofreció la oportunidad de pertenecer a la Liga Caldense de Tenis de Mesa, lo que ella no sabía es que realmente cambiaría su vida.
He visto y vivido con personas que no tienen límites, compañeros que tienen discapacidades. Me di cuenta que la discapacidad no es física sino mental. El tenis me ha cambiado la vida.
Noviembre de 2021: llegó el momento de probarse a sí misma que ya no creía más en ninguna limitación, que había superado las barreras que su mente creaba, que era capaz de competir, dejar todo en el deporte que la apasionaba y salir victoriosa. Ella y su compañera, Sandra Cuervo, disputaron en Melgar, Tolima, el primer lugar en el torneo Interligas Para Table Tennis (PTT) en la modalidad de dobles y equipos. Compitieron con jugadores de Boyacá, Cundinamarca, Antioquia, Valle del Cauca y Tolima, una dura competencia que les dejó dos medallas de bronce y la motivación para seguir perfeccionando su estrategia.
Aunque el deporte es lo que más le ha ayudado a descubrirse a sí misma, deseaba encontrar su verdadera vocación, una carrera que le llenara el corazón y le permitiera trabajar en su proyecto de vida. La UCM le ofrecía la posibilidad de estudiar algo que de verdad le emocionaba: la arquitectura.
Aunque en un inicio, no fue su primera opción, si resultó ser la mejor. Antes de entrar a estudiar en la UCM, se decidió por incursionar en el área del diseño industrial, pero rápidamente entendió que no llenaba por completo sus expectativas, como si lo hizo la arquitectura, un amor que sus maestros han sabido potenciar al transmitir su pasión y sus conocimientos. “Ellos son la clave para enamorarse de la carrera”.
Ella ha podido darse cuenta de lo mucho que disfruta del diseño, de plantearse preguntas y de investigar con el propósito de encontrar soluciones y diseñar estrategias que puedan ayudar y transformar las diferentes realidades.
Su empeño por investigar la llevó a participar en la convocatoria que realizó el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación con el objetivo de becar a estudiantes de todo el país con el financiamiento de sus proyectos de investigación. Pasó por su mente la idea de ganar, aunque parecía una posibilidad casi remota; participaban tantas entidades y personas de todo el país que parecía casi imposible, pero durante el proceso de selección su propuesta seguía avanzando en cada filtro, hasta convertirse en una de las cuatro becadas por Minciencias. Ahora su investigación sobre bioclimática podrá extenderse más allá de la teoría y así aplicarse a los casos que está estudiando.
Al terminar con su carrera y con el artículo de su investigación, Manuela se emociona al pensar en todo lo que le espera, desea salir de Colombia y explorar la arquitectura del mundo, encontrar la inspiración que le permitirá aprender mucho más, aplicar sus conocimientos y, de este modo, seguir creciendo como profesional. Encontrar una forma de hacerle frente a las situaciones que se presentan en la vida, es algo que Manuela agradece pues le ha permitido empoderarse, sentirse más fuerte y capaz que nunca.
Por Leandra Katherin Bedoya Cifuentes
Unidad de Comunicaciones
leandra.bedoya@ucm.edu.co