Mi vida es una vida feliz, con una familia conformada por mi mamá, mis hermanas, mis sobrinos, tengo mi esposo y una hija de 21 años que actualmente vive en Chile donde trabaja. Hace 25 años, trabajo como auxiliar de Enfermería en el Hospital Infantil de Caldas, actualmente en Oncólogos de Occidente, en el área de Pediatría.
La anterior descripción a primera vista, sería difícil entenderla como el resumen de vida de una estudiante de pregrado de Universidad. Es un perfil que sería más común encontrarlo en estudiantes de posgrado.
Ella es Johana Cruz, estudiante de tercer semestre del Programa de Enfermería de la Universidad Católica de Manizales, quien actualmente es la estudiante de mayor edad dentro de todos los programas académicos de pregrado de la UCM. Si las cosas resultan según el plan, Johana estaría obteniendo su título profesional a la edad de 52 años. Un plan de vida trazado y un sueño que día a día sigue haciendo realidad.
La enfermería ha sido mi vocación toda la vida, desde niña era lo que quería hacer. Me gradué de la Escuela Nacional de Auxiliares de Enfermería (ENAE) en el año 1995, cuando la gran mayoría de mis compañeros de la universidad ni siquiera habían nacido.
La oportunidad y el sueño de ser profesional ya se había empezado a dibujar hace algunos años, pero el miedo a adquirir deudas y algunas situaciones familiares que se le presentaron, no permitieron que su proyecto de vida se empezara a realizar desde antes.
Su hija fue la mejor motivación para poder entrar a la universidad. Ella fue quien más admiró su decisión y quien más ha disfrutado de ver a su mamá vestida de universitaria. “Es gracioso pensarlo, pero la mayoría de mis compañeras de carrera tienen la edad de mi hija o son menores que ella”.
Los días son muy pesados para ella, ya que tiene que cumplir con sus horarios de clase y sus turnos laborales. Por ejemplo en el primer semestre de 2022, los jueves tenía clase hasta las 6:00 p. m., inmediatamente, se dirigía a su trabajo en el Hospital Infantil; allí recibía turno con sus compañeras a las 6:30 p. m., hacía turno nocturno de 12 horas y salía a las 6:30 a. m. del viernes para llegar a clase a las 7:00 de la mañana.
Durante la Pandemia el esposo de Johana fue diagnosticado con cáncer y tuvo una larga hospitalización, para ella, significó mucho el soporte, acompañamiento y comprensión que le brindó la UCM en esta difícil situación “Lo bonito fue haber recibido el apoyo de la Universidad, por la comprensión en muchos casos y también del personal donde él estaba hospitalizado, pues me facilitaron poder asistir a mis clases virtuales sin falta”.
Para ella sus compañeras son unas personas espectaculares, la hacen feliz cuando ve que son capaces de enfrentarse a situaciones con las que ella ha tenido que convivir por más de 20 años y ver cómo crecen como enfermeros. “Cuando tenemos el uniforme todos somos iguales”.
Las clases en las que mejor desempeño tiene Johana Cruz son las de Cuidado y Asistencia del Paciente, Morfofisiología y Semiología. Ese interés por la parte humana de su profesión se refleja en su día a día como auxiliar en el Hospital Infantil y en su relación con los pacientes que atiende.
Ser la estudiante de más edad entre los pregrados UCM no ha significado una dificultad en su vida, de hecho, Johana olvida frecuentemente cuantos años tiene al estar rodeada de personas jóvenes y confirma que en la Universidad hay cabida para personas de todos los orígenes, culturas, gustos y edades.
Si alguien está por encima de los 40 años y aún quiere llegar a la Universidad, le diría que nunca es tarde para cumplir sus metas. A la vida llegamos para lograr sueños y yo actualmente soy un ejemplo de que con mucho esfuerzo y dedicación, estos se pueden alcanzar.
Por Alejandro Marín Pineda
Unidad de Comunicaciones
almarin@ucm.edu.co