Este recorrido por el texto escrito inició –para luego expandirse- con el pretexto (texto previo) de los planteamientos e interrogantes convocados en el Coloquio de Metodología de la Investigación en Ciencias Sociales 2018, realizado en la ciudad de Bogotá. Se retoman aquí los mencionados planteamientos porque abrieron el horizonte a las reflexiones sobre y desde América Latina que hoy ponemos en manos de los lectores1. Al igual que para el Coloquio, la perspectiva general de este libro es reflexionar sobre “el malestar de la metodología de la investigación en Ciencia Sociales”.
Malestar evidenciado en los desafíos crecientes al traslucir que las urgencias de generación de conocimiento social en Colombia y en América Latina, no parecen resolverse por los modos tradicionalmente conocidos y estatuidos para generar conocimiento y que los modos emergentes abren, entre otros, los siguientes interrogantes: ¿Qué valor tiene, en este contexto, actualizar las clásicas preguntas de la metodología en sus fundamentos epistemológicos, ontológicos y epistemológicos?, ¿Qué aportaría a la discusión revisar las relaciones entre las condiciones de producción y las condiciones de circulación del conocimiento?, ¿Qué lugar ocupan las perspectivas de sabedores y practicantes para la configuración metodológica de la investigación en Ciencias Sociales?, ¿Qué lugar ocupan en estas discusiones y los resultados, la tradición elaborada desde el diálogo de saberes?, ¿Se supera el asunto con investigaciones planteadas desde los denominados diseños mixtos?
En últimas, ¿Cuáles son los desafíos del conocimiento social en el país y en el Continente que quedan, por decirlo menos, insuficientemente resueltos por la tradición metodológica de las Ciencias Sociales? Desde aquí, la Red Latinoamericana de Metodología de la Investigación en Ciencias Sociales, RedMet y, específicamente, su Nodo Colombia, se vienen adelantando reflexiones sistemáticas a través de Coloquios anuales y, más recientemente, de investigación interinstitucional que posibiliten la consolidación progresiva de una masa crítica en el país orientada a interrogar los modos y las implicaciones del trabajo con el conocimiento.
Esos nuevos posicionamientos y problemas que interpelan el quehacer metodológico derivan también en la reflexividad por la enseñanza de la metodología de investigación y la articulación metodología-pedagogía.
En este contexto de interrogantes y pretensiones, el presente libro se organiza sobre cuatro apartados, cada uno con textos disímiles en sus contenidos, en sus pretensiones, en sus alcances. Capítulos asociados a investigaciones, de modo tal que presentan resultados de generación de nuevo conocimiento, donde se evidencia tanto el desenvolvimiento metodológico de lo conocido, de la atención a los cánones y a los estatutos científicos normalizados, como esfuerzos de posicionamiento emergente de alternativas en las cuales se dan a conocer giros metodológicos asociados, bien al lugar de los sujetos de indagación y de la voz del investigador, bien al lugar de la sensibilidad y la corporalidad de los sujetos investigadores, bien al lugar de la crítica y de la interrogación como vías para posicionar nuevas preguntas y ángulos de mirada renovados. Veamos los apartados del libro y los capítulos que los componen2: Ciencias sociales, lenguajes y construcción de paz, despliega su potencial al poner en tensión desde el ángulo de la crítica, prácticas y discursos de algún modo naturalizados y sus implicaciones para el trabajo con el conocimiento. Reúne cuatro capítulos, que desde ópticas diferentes se orientan a interrogar el orden social estatuido (Vásquez Alape), las implicaciones educativas de los discursos progresivamente entronizados como hegemónicos (Gutiérrez y Valencia) y los desafíos contemporáneos del sujeto para las Ciencias Sociales (Gallegos).
Formación en investigación, alcances y desafíos para las Ciencias Sociales y la Educación es un apartado dedicado a interrogar cómo se forma un investigador – cómo se enseña a investigar –.
Compuesto por tres textos, Santacruz y Avendaño, interrogan el valor de hablar de epistemologías del sur desde América Latina y sus implicaciones para la Universidad y para la investigación que ella realiza. Valencia y Tobón indagan por la enseñanza de la investigación, los supuestos que le subyacen y los desafíos que implica. En un despliegue de estudio de caso, Marín y Palacio indagan por el desarrollo profesional del profesorado a través de sus prácticas y las implicaciones derivadas para comprender problemas sociales y realizar investigación.
Estética, artes y conocimiento Social. Este apartado se corresponde con un único capítulo en el cual Valencia, Brenscheidt y De Günther, basados en el estudio de la enseñanza de la investigación en Sonora, a partir de la descripción, despliegan construcción de sentido para interrogar qué se entiende por conocimiento artístico y cuál es el sentido de la investigación en el campo de las artes. Territorios, tiempos y cuerpos, desafíos para las ciencias sociales latinoamericanas. Este apartado cuarto, aglutina resultados de investigación sobre poblaciones o ámbitos específicos que evidencian dislocaciones entre sus comprensiones previas y expresiones actuales o que interrogan los modos frecuentes y tradicionales de tratar determinados grupos o aspectos de la vida colectiva en el continente. Tobón realiza una lectura retrocursiva de la infancia, como categoría de aparición reciente, para vincularla con las prácticas sociales y relaciones intersubjetivas que se establecen con los niños en disímiles contextos. Fernández, Orozco y Ospina establecen relaciones entre educación, democracia, construcción de paz y memoria social desde la perspectiva del conocimiento elaborado y sus implicaciones para pensar contextos de vida asociados al fin del conflicto armado colombiano. La educación imperfecta planteada por Patiño y Jiménez, se orienta hacia una educación anclada a contextos, dirigida a los sujetos particulares y, en esa medida, lejos de ideales de perfección y armonía, sino, más bien, valiosa en y por su imperfección. Cierran el apartado los planteamientos de Ospina y Ospina sobre algunas tramas de sentido y significado elaboradas por estudiantes y comunidades educativas alrededor de la formación integral pregonada por un porcentaje importante de Proyectos Educativos Institucionales.
Finaliza el libro, un apartado especial que los avances de un programa de investigación en el territorio de los Farallones con amplitud de experiencias y desarrollos metodológicos tejidos entre perspectivas clásicas de hacer ciencia y modos emergentes de generación de conocimiento (Vesga y Alvarado). Como se hace evidente, el libro en su conjunto y cada apartado en específico, entregan al lector o lectora una amplia gama de argumentos y posibilidades conceptuales y metodológicas para pensar una América Latina que se niega a morir y se encuentra por nacer. En límite de esta paradoja, el artista @Sepc se unió a esta obra con sus pinturas: formas de intervención, de comprensión, de resistencia y de interpretación de la vida urbana alegre y dolorosa, colorida y pálida, bulliciosa y silenciosa, más rica y menos rica, que hacen de esta América territorio geofísico y socio-simbólico de interés geoestratégico, aún después de 500 años en que dejó de ser lo que era para plantar la semilla del estar siendo.