El rey: Tengo un afán que me abraza el espíritu, Tengo un cansancio que no se me quita. El campesino: para tu afán es el tiempo propicio, Para el reposo lo tienes de sobra… Porfirio Barba Jacob.
¿Si el rey, que todo lo puede, en términos mundanos, no tiene tiempo para sí, qué puede decir el campesino cuyo tiempo le pertenece al rey? Así vamos, los unos sin tiempo, los otros sin descanso, los demás sin esperanzas, los molientes políticos sin lenguajes éticos, los restantes creyéndose mesías y algunos otros vendiendo humo, vendiendo falsos lenguajes.
Nos encontraremos con tres textos, con tres versiones, en apariencia, escaladas con sus propios lenguajes, con sus nativas angustias y centradas en torno a unas regiones de pensamiento fundantes en la humanidad de este siglo XXI que, a veces, parece un siglo huérfano, desheredado y sin saber su rumbo que no su rumbear: 1) Lo jurídico en sociedades globales, 2) La gesta de las subjetividades y 3) El vértigo del humor y la filosofía en los literatos Pessoa y Saramago.
En sociedades aburridas, tristes, agendadas, asustadas, desconfiadas o cansadas, el humor es un artículo de lujo, como también lo es la búsqueda por las subjetividades y las globalizaciones sin homogenizaciones. Algunas cuestiones centrales trazan esta propuesta: María Teresa indaga ¿De qué manera las sociedades locales y los contextos educativos se ven afectados por las consecuencias culturales y políticas de fenómenos como la multiculturalidad y la globalización de la cultura?; Gloria se cuestiona del por qué relaciones se establecen entre gestión escolar y la emergencia de subjetividades en la escuela colombiana; y Miguel se lanza por el humor, ¿por qué reímos tan poco? Se apoya en Pessoa y Saramago para ver sus humoradas cargadas de filosofía, ¿de cuándo a hoy, el humor es un artículo de lujo? ¿por qué pagamos para que nos hagan reír? ¿por qué hemos desaparecido la risa en la academia, en las ciencias? Desde estos ámbitos, se extienden otras preguntas y algunas sugerencias, sugerencias en gesta, sugerencias que no llaman universalismos, que ponen en tensión la idea misma del homogenizar la educación, homogenizar el pensamiento desde la nomeginización del tiempo, desde el agendamiento de las vidas ¿qué nos pueden sugerir Pessoa y Saramago sobre la amargura social, la agelastía académica y científica?
Estos tres abordajes, que hemos denominado arados, pero no áridos, en su conjunto ponen de relieve la interrogación por asuntos que han ocupado a la humanidad casi que desde cuando nos hicimos humanos, ¿cómo organizamos la vida colectiva?, ¿qué nos hace ver al otro y, al mismo tiempo ocultarlo?, ¿en qué lenguajes educamos para irnos haciendo humanos además de nacer humanos?, dado que no estamos solos, ¿en qué consisten nuestras relaciones con el humor y la filosofía desde ciertas literaturas?
Por supuesto, las preguntas han sido formuladas de modos diferentes en los espacio-tiempos específicos. Y, por supuesto, en la medida que se ha ido ampliando el número de habitantes e incrementado la complejidad de modos de vida y relaciones, han ido emergiendo refinamientos de las cuestiones e intereses de estudio sistemático sobre ellas. Los autores abordamos aquí lo jurídico, la gesta de las humanidades y la vivencia del tiempo desde nuestro propio caminar como sujetos en el mundo y en relación con la experiencia vital en tránsito por la vida y por las aulas para proponer al lector, además de las miradas sobre las temáticas, algunos interrogantes, que, a modo de pre-texto, aviven la discusión sobre estos asuntos de humanidad en la contemporaneidad. Interrogantes que orientan procesos de indagación/investigación adelantados por los autores en sus diversos ámbitos de trabajo con el conocimiento, en despliegues de lecturas de mundo desde variopintos lugares formativos.
Desde estos y otros cuestionamientos es necesario pensar el quehacer de la formación, es necesario que las comunidades académicas se planteen el impacto de la multiculturalidad y tensionar las culturas rígidas, xenofóbicas, intolerantes que hacen fracasar las propuestas educativas que propician la inclusión de los diversos, porque en ellas no se concibe la aceptación y el respeto por las diferencias. En estas culturas occidentalizadas, el rechazo de las otras culturas impide su comprensión, de una parte, y afianza el etnocentrismo, desde la otra. En culturas cerradas no es posible el pensar crítico porque el rechazo del otro proviene de creer que la única forma humana posible de estar, de leer y de accionar el mundo son las lógicas monoculturales. Manizalar el espíritu es sensibilizarse, es creer que hay mundos posibles. En este libro ni reyes, ni mesías, ni cansados, ni desesperados, ni locos, ni cuerdos. Aquí nacen unas apuestas alternas, unas apuestas posibles para mundos imposibles, unos lenguajes viables para institucionalidades inviables, unas esperanzas tratables, en tiempos y espacios probables.
Miguel Alberto González González
Gloria Clemencia Valencia González
María Teresa Carreño Bustamante