“A continuación, los graduados de la Especialización en Gerencia de la Calidad (…) llamamos a Luisa María Henao Mejía”.Parándose de su silla, satisfecha por el deber cumplido, se acercó al escenario, recibió su diploma, saludó a los cuatro integrantes de la mesa directiva y, para finalizar, en medio de unas palabras de felicitaciones, su director le impuso el escudo de la UCM; un alma mater que por primera vez le permitía vivir y emocionarse con lo que tanto añoraba: una ceremonia de graduación.
Entre risas, Luisa María recuerda que siempre tuvo un percance u oportunidad que no le permitió recibir sus diplomas en una ceremonia. Sus grados como bióloga o magíster en Biología Celular y Molecular se vieron truncados por azares de la vida que aplazaron ese momento con su familia y amigos.
Y es que el desafío de superarse ha sido primordial para ella, sus decisiones se basan en las metas que se propone, eso sí, como ella lo explica, nunca sin intentar superar o pasar por encima de alguien, solo de sus propias barreras. Este pensamiento le ha traído inconvenientes con ella misma, convirtiéndose en su talón de Aquiles. Su autoexigencia la convirtió en una persona extremadamente organizada y quisquillosa con su estilo de vida.
Un cambio de paradigma
Una noticia inesperada cambió su vida y percepción de la realidad tiempo atrás. Como ella manifiesta “cuando era joven no era la mejor estudiante, pero cuando tienes algo en la cabeza la vida va mostrando el camino”. Entre sus metas siempre estuvo hacer una maestría fuera del país. Mientras trabajaba, recibió una convocatoria de la Asociación Universitaria Iberoamericana de Posgrados donde ofrecían 10 becas para estudiar en España a la cual se presentó. Sin mucho optimismo y a falta de una semana para cerrar la convocatoria, reunió todos los documentos y los envió, lo que se convirtió en una sorpresa fue ser notificada como beneficiaria de una de las becas. Con una felicidad indescriptible se preparó para viajar, pero como muchos momentos de su vida, tuvo que enfrentarse a una nueva prueba.
Faltando 15 días, un quebranto de salud puso en vilo su viaje. Apendicitis, dijo el doctor que la atendió, no había opción, debía operar. Luego de terminar la incapacidad ocho días después, sin importar la recomendación de no hacer esfuerzos, tomó sus dos maletas gigantes y emprendió hacia el país ibérico.
En primer semestre, pensaba que no era capaz. Estuve a punto de tirar la toalla. Tuve la fortuna que al estar becada me dedicaba 100 % a la maestría. Mis descansos se basaban en salir de clase e ir a la biblioteca, una y otra vez. Al final, los nuevos métodos de estudio, el trabajo arduo y la tesis calificada con 10 sobre 10 fue una satisfacción inmensa.
Vuelta a casa
Luego de su paso por Málaga, España, estuvo en varios cargos que la calificaron para convertirse en directora Técnico Científica en un laboratorio donde hace la revisión de todos los procedimientos que allí se realizan; adicionalmente, debe estar a la vanguardia de la creación, incorporación e innovación de nuevas técnicas, una ocupación apasionante y estresante debido a la responsabilidad que genera.
Su decisión por especializarse en Gerencia de la Calidad se fue consolidando en su recorrido laboral. “Me empecé a apasionar con los temas de calidad laboralmente y en mis cargos tuve la responsabilidad de gestionarlos implementando normas, acreditaciones, entre otros”.
Su pasión por la calidad llevó a Luisa a tomar la decisión de fortalecer su formación en la UCM, y como si la vida le siguiera mostrando el camino, fue aquí donde cumplió el sueño de graduarse por primera vez y entendió que se debe llegar a un equilibrio entre calidad y eficiencia, un tema que no solo aplica a nivel laboral, sino a nivel personal para sobrellevar sus inconvenientes.
Por Cristian Camilo Ruden Muñoz
Unidad de Comunicaciones
cruden@ucm.edu.co
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