Hablar con Carlos Manuel Martínez es escuchar de primera mano la voz de la coherencia. Desde niño, cuando se sentaba a observar comerciales de televisión y luego a imitarlos mientras jugaba, Carlos sabía que su camino estaba en la publicidad y su fidelidad fue más fuerte, incluso, que el deseo de sus padres de verlo graduado como ingeniero. A pesar de ser bueno para las matemáticas, sus sueños estaban inclinados hacia la creatividad y los elementos visuales, y con esa convicción le tuvo que responder a su papá un día cuando este tuvo que resignarse a que nunca se referirían a su hijo como ‘el ingeniero’: “¿a usted hacer dibujitos le va a servir de algo en la vida?”.
Pero Carlos nunca lo decepcionó. Desde el primer día de universidad, con tan solo 16 años y muerto de pánico por ver a todas esas personas que se juntaban en los balcones a ver cómo entraban los ‘primíparos’, Carlos fue quien más sobresalió en las materias artísticas y creativas, y encontró, además, una base fundamental para seguir siendo fiel a sí mismo, aquellas asignaturas de humanidades que, aunque parecía que no tenían nada qué ver con el oficio, le brindaron la confianza de saber que su mejor decisión había sido querer ser publicista, pues de eso se trataba quién era y no iba a traicionarse.
Y desde ese momento, su corazón nunca se detuvo en la búsqueda de sentir más pasión por lo que hacía. Habla rápido, duro y con ganas. No importa que sean las 5 de la tarde un viernes y que una a una las personas de su agencia, CJ Martins, vayan saliendo de las instalaciones. Él sigue contando cómo la Publicidad es su felicidad: “primero hay que tener un corazón inmenso alrededor de lo que hacemos, yo pienso que cuando no hay corazón te derrumbas muy fácil. Hay que estar dispuesto a caerse infinidad de veces porque de las derrotas y de caernos muchas veces es que llegan los aprendizajes, la experiencia y el sacarles gusto a los triunfos”.
Desde su oficina no se ve una ventana, se ve un gran cristal que deja pasar el carácter de cada día: un sol brillante, un bulloso aguacero o los memorables atardeceres de Manizales; días que son tan diferentes como las personas y como sus vidas, pero cada uno también, con su belleza y su capacidad de asombrar. Por eso quiere que todos quienes trabajan con él se diviertan en lo que hacen, para que lo hagan con pasión y convicción, crean en sí mismos y en el poder de sus ideas a pesar de los difíciles momentos.
Una de las formas de seguir siendo fiel a sus principios, es hacer de la publicidad una manera de influir en la vida de las personas de manera positiva, no haciendo que compren por comprar, sino comunicando los valores de las marcas con el fin de que las personas se sientan identificadas con ellos. Así pues, su trabajo no queda allí, y también aporta a la construcción de una mejor sociedad para Manizales, ciudad que lo vio nacer y que le brindó la oportunidad de estudiar la carrera de sus sueños: “a la UCM y a Publicidad les agradezco el haberme dado en algún momento la oportunidad de transmitirle mi conocimiento a los estudiantes y agradezco siempre tenernos en cuenta y vernos como referente e íconos del programa. Les agradezco que nos llenen de confianza, que nos vean como unos referentes en el mercado y que nos muestren como ejemplo para las nuevas generaciones. Les agradezco por todo lo que soy, porque gracias a ellos ahí empezó mi camino”.
Es así como dentro de lo que es, Carlos brinda de todo lo que ha recibido en su vida y apoya diferentes iniciativas sociales como la Fundación Alejandra Vélez Mejía, la Fundación Pequeño Corazón, la Fundación Niños de los Andes y Nutrir, además de aportar en los procesos de algunos ciclistas y futbolistas.
Por estas razones, Carlos Manuel Martínez es exigente consigo mismo y con quienes ve en el campo, ya que estudiar Publicidad no puede ser una decisión que sopese el no estar seguro de lo que se quiere hacer o ser una opción que se considera fácil. “Hoy en día, la Publicidad ha crecido a pasos agigantados y en manos de nosotros está en este momento la evolución que está teniendo el mundo alrededor de darle soluciones de vida a la gente y reinventando los negocios, las marcas y todo lo que está pasando con ellas”, afirma. Por eso mismo, asegura que hay que saber de todo “del comportamiento de la gente, de los negocios, de los números, de tendencias, de cómo innovar, de cómo dar soluciones de vida” para que, a través de soluciones comunicativas, el mundo pueda tener acceso a experiencias que apasionen, así como a él le apasiona ser publicista.