Catalina Alba nunca imaginó que su felicidad estuviera en combinar la cocina con la publicidad, pero esta particular receta ha hecho que hoy sea una mujer feliz y agradecida con la Universidad Católica de Manizales por brindarle las herramientas suficientes para soportar este original balance y disfrutar su éxito.
Cuando era niña, veía los anuncios de la revista P&M que su papá le compraba y se imaginaba creando mensajes impactantes e inolvidables. En la universidad, estudiaba para ser la mejor creativa y disfrutaba como nadie esas largas jornadas donde casi no se dormía, pero se aprendía como nunca. Y, al empezar a trabajar, trató de aplicar un consejo de uno de sus primeros jefes ‘no hacer ni participar en chismes’. Así, Catalina siempre se destacó por esa constancia en cada proyecto que emprendía, por exigir a sus profesores, por aprovechar el intercambio cultural con compañeros de otras ciudades y departamentos y, lógicamente, por disfrutar las fiestas que tuvo durante su época universitaria. “Yo a la UCM le agradezco que se hubieran preocupado por mostrarnos un contexto real, una metodología diferente, por los amigos que me dejó, por las facilidades de la ciudad”, resume un poco esta mujer a quien la apasiona una receta de palabras y figuras literarias que seduzca a alguien hasta llevarse un bocado del producto que anuncia.
Sin embargo, aunque los semestres avanzaban, el tema de la cocina seguía pareciendo algo lejano y desdibujado en la vida de Catalina. “Me veía como una creativa, muy original, pertinente y exitosa. Por supuesto quería destacarme en lo que hacía, para ser sincera, cuando salí no tenía muy claro si me iba a inclinar por el área gráfica o redactora que es lo que terminé siendo, pero el camino me lo fue sugiriendo y ahí terminé como redactora y luego todo eso se transformó con los años, yo efectivamente llegué a estar en el departamento creativo de varias agencias de publicidad como redactora, lideré algunos grupos, pero se fueron despertando otras pasiones, que en mi caso fue la cocina”, cuenta Catalina.
Fue el paso del tiempo el que le hizo darse cuenta de que sí podía juntar esas ganas de realizar anuncios increíbles con ese calor más hogareño de conocer recetas que se comparten en familia. Así, entendió que ser redactora de anuncios para productos gastronómicos era una receta que ella aplicaría, así fuera la única y, aún más importante, que sería una receta a la que las marcas querrían darle un bocado. “Yo finalmente digo que no me retiré de las agencias de publicidad, sigo trabajando intensamente y de manera muy activa como publicista, solo que ya enfocada en otra área que es hacer contenido y hacer que las cosas se vean muy apetitosas, entendibles, que sean fáciles para la gente y muy atractivas. Entonces todo ha sido un aprendizaje, es una unión inusual, pero que ha sido un gran plus que hace que el contacto con mis clientes sea muy fácil porque hablo el lenguaje de la publicidad, porque puedo presentar mis ideas y los conceptos y eso hace que sea mucho más vendedor y creíble y que también se acorten todos esos intermediarios que hay entre la producción, la agencia y el desarrollador del contenido, que en este caso soy yo”, explica.
A Catalina le gusta cocinar y enseñar a cocinar, le gustan esos ingredientes que la gente suele pasar desapercibidos y nunca abusa de los que todos aman, se distingue por la atención a los detalles de sus preparaciones, tanto las culinarias, como las del lenguaje; sabe que hacer sonreír gracias a la elección de los elementos indicados es su talento. Por eso, no deja de lado que vive en un mundo publicitario y que las ideas están por todos lados. Además, que, si ella tiene las herramientas para ser responsable de ellas, debe hacerlo: “pienso que con las habilidades de comunicación que da la carrera también hay que ponerse en los zapatos del otro, ser empático, ser muy objetivo, pues uno debería aprovechar esas herramientas para crear mensajes que ayuden a crear conciencia sobre lo que está pasando en el mundo a nivel social, político, ecológico, humano. Esto hay que hacerlo desde el punto de vista como creador de la publicidad y también como una persona del común, es decir, si yo voy a subir publicaciones a mis redes sociales, pues tratar de que lo que haga aporte algo, sea positivo”, cuenta esta mujer de palabras y platos dulces.
Y, ¿cómo le ha funcionado esta receta a Catalina? Se preguntarán algunos, y la respuesta es, simplemente, conocer los ingredientes. Cada preparación tiene sus porciones, cucharadas y pizcas que dan ese sabor característico. Y así es con las personas, con los equipos de trabajo; conocer sus fortalezas y talentos y lograr sinergia entre estos elementos, sin duda, proveerá una creación deliciosamente creativa.