Fueron 10 arduas semanas de estudio para 34 excombatientes en proceso de reincorporación en el departamento de Caldas. En las aulas virtuales no se habló de armas, conflicto, botas o noches en centinela. Ahora escuchaban atentos a sus profesores mientras les hablaban de emprendimiento, marketing y publicidad digital, ventas, fundamentos financieros y de administración.
Esto fue posible gracias al Modelo de Entornos Productivos, una alianza entre la Universidad Católica de Manizales, OIM Colombia (Organismo de las Naciones Unidas para la Migración), la ARN (Agencia para la Reincorporación y la Normalización), el Fondo Multidonante de las Naciones Unidas para el Posconflicto (entidad que aportó los recursos) y la Gobernación de Caldas.
Su última semana de formación la recibieron en las instalaciones de la Universidad Católica de Manizales, brindándoles un entorno propicio para que el grupo viviera la experiencia en un entorno de aula, garantizando además todas las condiciones de bioseguridad, tanto para profesores como para estudiantes.
“Frente al modelo de formación de proyectos productivos es muy importante porque nos está ayudando a abrir puertas al conocimiento referente a nuestros emprendimientos y a los nuevos retos que nos llegan. Son conocimientos que hemos adquirido, que debemos aprovechar al máximo y nos ha ayudado a potenciar nuestras fortalezas”, manifestó una de las estudiantes en proceso de reincorporación y que fue parte del grupo que recibió 500 horas de formación teórico-práctica.
Para la rectora de la Universidad Católica de Manizales, Hermana Elizabeth Caicedo, el proyecto representó para la UCM una oportunidad de satisfacer varias metas: 1, ser coherente con su perfil social; 2, dar cuenta de su compromiso social y eclesial —declarado en la misión institucional—; 3, hacer de la responsabilidad social una apuesta que, de manera concreta, contribuya al desarrollo de una formación valórica en responsabilidad social en la comunidad universitaria; 4, promover su integración al proyecto institucional de modo que se constituya en dinamizadora de la cultura organizacional que cultiva la calidad, la justicia, la paz, la convivencia ciudadana y la generación de conocimiento socialmente pertinente.
Con lo anterior, la UCM asume un liderazgo que marca caminos de paz y reconciliación a través de la vinculación directa con realidades sociales que ameritan transformación, dada mediante la democratización del conocimiento en función de las necesidades de los contextos, los campos del saber, la interdisciplinariedad, la innovación y el emprendimiento, el desarrollo de la competitividad, el diálogo entre saberes y la cooperación interinstitucional.