Ivonne Villegas Martínez es estudiante de noveno semestre del Programa de Ingeniería Ambiental de la Universidad Católica de Manizales. Desde muy pequeña ha sentido una fuerte inclinación por el trabajo con comunidades y la construcción de oportunidades que permitan mejorar la calidad de vida de las personas. Por esta razón decidió articular la ingeniería ambiental con el trabajo social, y actualmente se encuentra también cursando su tercer semestre de esta carrera en la Universidad de Caldas.
A sus 22 años siempre se ha caracterizado por ser una mujer arriesgada, espiritual, sensible y auténtica, con un alto sentido de humanidad, valores que la llevaron a tomar la decisión de elegir a la UCM como «su segunda casa».
«Mi experiencia en la U ha sido impresionante. Su desarrollo y formación integral, la forma en la que me enseñaron a ver el mundo y cómo me conecté con Dios para impactar desde la ciencia en diversos contextos, son factores que me han permitido aprender mucho de mi misma mientras construyo junto a otras personas. Soy muy soñadora, pienso que de verdad podemos cambiar el mundo donde vivimos».
Afirmó Ivonne.
Un viajé a Rusia que guardará para siempre en su memoria
En diciembre de 2023 Ivonne se inscribió en una convocatoria de intercambio que encontró en la página web de la Embajada de Rusia, sin embargo no esperaba ser aceptaba. Aún así, unas pocas semanas después recibió la noticia de que se había ganado una beca completa para vivir dos semanas en Rusia con alimentación, estadía y transporte incluidos.
Allí se encontró con un país gigante, lleno de capacidades, muy hospitalario y amable el cual, a pesar de estar a -30°C, la hacía sentir el calor de un hogar gracias a la gentileza de su población. «Aunque no todas las personas hablaban inglés las barreras del lenguaje se desvanecían por la ternura y cariño con el que nos tratábamos. Nos entendíamos con migajas de lenguaje», manifestó la estudiante.
En Rusia participó en el Festival Mundial de la Juventud, aprendió sobre sistemas de información geográficos, hidroeléctrica, extracción de petróleo, Institutos Tecnológicos y Centros Humanitarios y hasta fue entrevistada en un canal de televisión para hablar sobre su labor como voluntaria en la Corporación Chispas de Esperanza, una fundación que acoge a niños de 8 a 15 años de un sector vulnerable de Manizales para formarlos en programación, electrónica, agricultura y gestión integral de aparatos eléctricos y electrónicos.
De Rusia se trajo muchos aprendizajes y datos curiosos como que calientan los ríos para generar energía hidroeléctrica, ven el petróleo como oro negro, los osos son parte fundamental de su civilización, sirven el pescado crudo y tienen grandes obras de arte en sus estaciones del metro.
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