Liliana Marín Serna, graduada de la Universidad Católica de Manizales de la Licenciatura en Educación y de la Maestría en Educación, reunió gran parte de su formación y de los aprendizajes de su vida en el libro: «Una escuela sin violencia para aprender sin miedo».
35 años como profesora y directiva en diferentes instituciones educativas de la ciudad y el departamento, investigaciones en torno a la diversidad, inclusión y formación musical como parte fundamental en al construcción de un proyecto de vida, así como su invaluable pasión por educar desde el amor, la pedagogía y la humanización la han convertido en una de las maestras más destacadas en Caldas e, incluso, Colombia.
Motivaciones para escribir su libro
Lastimosamente el suicidio de uno de sus estudiantes en uno de los colegios donde trabajaba fue uno de los principales motivadores para comenzar a escribir su obra, la cual manifiesta la importancia de la sana convivencia en la escuela para asegurar éxito en la calidad educativa. A este trágico acontecimiento se suman los eventos diarios en las instituciones así como las diversas formas de violencia presentes y normalizadas en el entorno escolar.
«La niñez y juventud experimenta constantemente diferentes formas de violencia, como estructural, física, psicológica, social, sexual, bullying, intimidación, acoso, hostigamiento y exclusión debido a la falta de respeto por la diversidad humana. La escuela debe ser un espacio para el reconocimiento de la dignidad humana, no un lugar donde los niños sufran dolor, frustración y sufrimiento por causa de la humillación y la violencia en todas sus formas».
Expresó Liliana Marín.
Liliana se considera una mujer sensible al dolor humano, capacidad que le ha permitido ponerse en el lugar del otro y generar amplias reflexiones que hoy dan como resultado una valiosa guía para la comunidad educativa de nuestro país. Tal como ella lo manifiesta a viva voz: Un niño que es amado, valorado y respetado en su familia es un niño que se ama, se valora y se respeta y, a su vez, ama, valora y respeta a los demás.
Sello UCM
Su paso por la Universidad Católica de Manizales lo define como una experiencia de vida humana, social y académica, en la que recogió valiosas experiencias y recuerdos.
«Recuerdo con especial cariño a la Congregación de Hermanas de la Presentación que le ponen el alma a la educación superior y a la formación de profesionales íntegros. También recuerdo las noches frías de aprendizajes con el profesor de administración educativa Mario Idárraga Rendón, quien con su sabiduría y gracia, nos motivaba para no perder el interés por el aprendizaje. Al doctor Silvio Marín, Jurista, en sus clases de legislación educativa, todos los temas me apasionaban en su clase».
Manifestó nuestra graduada.
Considera que su etapa en la UCM aportó de manera significativa a la gran mujer y profesional que es hoy, apasionada por la vida, por su familia y por la enseñanza. Sus etapas como estudiante en la Institución hicieron que su proyecto de vida personal y profesional se fortaleciera en el rigor, piso y sustento académico. Así mismo, Liliana expresó con gran gratitud que su formación humana, después de sus padres y su familia, se debe a la que, para ella, es su alma máter: la Universidad Católica de Manizales.
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