La creatividad y las ideas salvaron mi vida. Esta fue la charla que compartió el graduado de Publicidad de la Universidad Católica de Manizales Jerónimo Zapata, en el inicio de la Odisea Publicidad 2023. El actual director creativo de Sancho BBDO, una de las agencias creativas más grandes del país y una de las más importantes del mundo, es un joven que camina en sintonía con el mundo. No solo porque esté al día en tendencias tecnológicas, musicales o profesionales, sino porque sabe que el mundo de hoy debe transitar sin miedo las arenas de la sostenibilidad para salir adelante y ser un lugar donde todos quepan.
Cuando inició sus estudios de Publicidad en la Universidad Católica de Manizales, no tenía muy claros todos los perfiles que la carrera podía ofrecer, pero sí estaba seguro de que, el que eligiera, debía relacionarlo con aportes sociales a los cuales ya estaba vinculado y que, además, son un gran motor para su vida. “Yo he trabajado con diferentes fundaciones, antes de entrar a la UCM hice algunos festivales de música todos enfocados hacia la resocialización y a la educación a partir de la música, porque el tema social ya me interesaba. Entonces, creo que la universidad fue un poco mi asistente en ese sentido porque de hecho mi book, mi portafolio y toda mi carrera están llenos de ideas sociales”, explica Jerónimo cuando recuerda que esos valores que promulga la Universidad hicieron click de inmediato con su forma de ver el mundo y encontró en sus asignaturas y profesores una vía para juntar todo esto con su anhelo de ser un creativo publicitario y así lograr un resultado diferente, pero increíble.
Jerónimo Zapata, participante de las conferencias inaugurales de la Odisea en Publicidad 2023
Algunos de los apuntes más importantes de la conferencia de Jerónimo para los estudiantes UCM fueron los siguientes:
En esta profesión hay que sentarse y hablar con la gente. Pero sobre todo aprender a escuchar a las personas y poder aprender de ellas.
La Inteligencia Artificial, mal manejada, va a acabar con muchos puestos de trabajo. Pero la IA no tiene sentimientos ni ideas como las pueden tener ustedes (los estudiantes). Usen la IA a consciencia. Bien utilizada puede ser un gran complemento.
La creatividad me dio amigos, me ayudó a controlar mis emociones, me unió a mi familia, me reencontró, me volvió más empático, me ayuda a salir de la ficción, me hizo perder el miedo a vivir.
La vida de Jerónimo ha sido complicada. Él y su familia fueron desplazados por la violencia en el 2001 cuando el paramilitarismo azotó su pueblo natal, Riosucio, Caldas, y tuvieron que irse sin más hasta el municipio de Chinchiná en el mismo departamento.
Fue una temporada sumamente difícil para ellos, durante la cual Jerónimo se apoyaba en ideas fantásticas para escapar un poco de esa dura realidad, ideas que, con el tiempo, le hicieron pensar que tal vez no eran tan utópicas y que de hecho sí podía ayudar a las personas y trabajar para ser un agente de cambio desde su quehacer. Y así ha sucedido.
Aquellas imágenes de familias sin hogar, de niños a los que les cambiaba la vida de un día para otro y el sentimiento de impotencia frente a la situación, han hecho que hoy Jerónimo se vincule desde su carrera a un latir que mueve personas alrededor del mundo: saciar el hambre de personas en estados de vulnerabilidad y que no tienen cómo acceder a una alimentación básica. Es así como este joven riosuceño ha sido artífice de importantes campañas a nivel nacional para aportar a esta situación desde el consumo diario de las personas que gozan de una mejor situación socioeconómica: “Individual para Dos”, de Manzana Postobón, a través de la cual los individuales de esta marca se transforman en un empaque en el que las personas pueden depositar la comida que ya no consumirán para entregarla a los habitantes en estado de calle; y “Camisetas que Alimentan”, del Grupo Éxito, en la que se diseñaron camisetas estampadas con los alimentos elementales que un niño necesita y un código QR el cual, al ser escaneado, dirigía a la Fundación para que cualquier persona pudiera donar y así sacar a más niños de la desnutrición.
Y esto lo ha logrado a pulso, “recuerdo que me sentaba a hablar con los profesores para que me ayudaran a desarrollar mis capacidades. Tengo una experiencia: nos pidieron unos copys para la Clínica Santillana de Manizales y yo escribía, escribía y escribía hasta que me salió algo que al profesor le gustó, y empecé a desarrollar este talento, pero es cuestión de encontrarse, de tomar esas bases para aprovechar la oportunidad”, cuenta Jerónimo para explicar que no se debe esperar a ser graduado para moverse en el mundo, sino que esos cinco años de carrera son la base para que, como profesional, de verdad se hagan cosas que valgan la pena y no se vaya la vida esperando una oportunidad de brillar.