Sería ilógico pensar que alguien quisiera separar un plato de comida en lo que ve, lo que huele y las texturas que se generan entre los alimentos. Comer es un acto de completud para el ser humano, es una experiencia holística que es única cada vez, así los alimentos sean los mismos, pues el ánimo del comensal, lo soleado del día o la compañía, harán de esa ocasión algo irrepetible. Y es precisamente, esa sensación de tener en sus manos el poder para ofrecer esos momentos únicos, lo que ha hecho de Jorge Jiménez una persona inusual.
Aunque estudió Publicidad en la Universidad Católica de Manizales, él ahora es chef. Un creador que propone una alternativa ‘beautiful’ para que los sentidos se encuentren en un lugar donde la estética y la gastronomía danzan en sincronía.
Su restaurante se llama La Beautiful – Cocina Inusual, un lugar único desde el cual Jorge transmite todo lo que ha aprendido de la vida y del mundo con los demás: “con La Beautiful siento que genero una experiencia a través de lo que aprendí en gran parte a la universidad, porque el hecho de haber estado allí y haber estudiado la carrera me abrió la mente para entender más cómo funcionan estos conceptos de marketing y cómo poder generar una experiencia a través de la comida que es algo que se sale totalmente de lo que estudié, que fue Publicidad, pero que se liga porque estoy mezclando en este proyecto la cocina inusual, el color, la estética, la armonía, el equilibrio. No solo en lo audiovisual, sino en los sabores, entonces siento que, como publicista, estoy llevando la cocina a otra parte en esos términos visuales y en esas teorías”.
Por eso, Jorge sabía que primero debía entender y descifrar cómo quería hacer esa conexión entre su conocimiento profesional, su anhelo de ofrecer experiencias y esas raíces que nunca lo desligaron de Manizales y de Colombia, las cuales recaen, lógicamente, en el significado de la comida: quién podría olvidar cómo su madre prepara su comida favorita o de qué sabor era el postre que se compartió con un amor joven.
Así pues, tomando de aquí y de allá, Jorge se instaló en Bogotá e inició un camino más convencional en la publicidad a través de una agencia de branding. Pero, sin duda, le faltaba sabor a lo que hacía: “después de siete años de mucho aprendizaje cerramos la agencia y, posteriormente, me dediqué a recorrer el mundo con mi pareja, aprendiendo técnicas culinarias y, sobre todo, entendiendo las culturas y sus sabores. A partir de esta experiencia, decidí volver a Manizales para apostarle a la ciudad e iniciar un proyecto que mezclara la cocina, el diseño y la generación de experiencias y sentimientos por medio de la alimentación. Un proyecto que generara filosofías de vida”, cuenta Jorge.
Y es que él lo entiende a la perfección. A quien le pregunta por esa combinación publicista/chef, como quien pregunta por un ‘casado’ de comidas que no entiende, Jorge solo tiene para responderle con una invitación a La Beautiful – Cocina Inusual, pues no es algo que se explique, es algo que se vive y que brinda un bocado completo sobre esta idea suya.
“Más allá de que la carrera sea comercial o no, es cómo tú enfocas la publicidad en tu vida. Yo, digamos, que con el proyecto de La Beautiful lo que busco es cambiar vidas y generar experiencias, generar sentimientos a través de la comida y eso lo aplico desde la parte publicitaria, sin necesidad de irme al consumismo. Es cambiar pensamientos y vidas a través de experiencias. La receta del éxito implica una conexión con lo que te apasiona de corazón. Significa hacer las cosas bien, con cariño, con amor y todo empezará a fluir al conectarse con esa misma emoción en el corazón de las personas a tu alrededor”, explica este apasionado por los sabores de la vida.
Y es que aun en ese holismo que Jorge profesa, un restaurante puede parecer distante de un publicista, pero lo cierto es que en su vida la universidad juega un papel fundamental, pues fue ese primer mundo donde se pudieron mezclar todos esos ingredientes que hoy tienen sentido y que hicieron que él se diera cuenta de que su propuesta sí tendría un lugar en el mundo, un lugar para todos los inusuales que se arriesgan a ser diferentes sin olvidar a aquellos que con su compañía, un consejo o una buena idea aportaron a su proyecto. “Le agradezco a la UCM todo el apoyo que me dio para abrir la mente, esas bases que me dio para luego salir al mundo y empezar a explorar y empezar a ir más allá de la cotidianidad. Le agradezco las bases que me dio para empezar un proyecto singular que me permitiera generar experiencias singulares e inusuales con las cuales las personas se puedan identificar”.